lunes, 2 de mayo de 2011

soñé que meditaba, más o menos.

A ver si logro expresarme bien con este sueño. **

Soñé que estaba en una especie de Ashram (o la idea de mi subconsciente de lo que es un Ashram porque nunca he estado en uno). El lugar estaba oscuro (creo que era bajo tierra), todo era muy secreto y éramos -casi- puras mujeres. La líder (una mujer alta y delgada, rubia que según esto era mi tía) pasaba de un lado a otro y susurraba cosas en nuestros oídos. Al principio por la oscuridad creí que estábamos durmiendo. Había un hombre junto a mi, lo pude ver en la oscuridad y aunque no se parece a nadie que haya conocido (me da la impresión de que lo soñé antes pero no puedo ubicar exactamente el sueño) no lo voy a describir. Sólo diré que sus ojos eran parecidos a los míos, que sentía que lo conocía desde siempre. Y que sentí su amor por mi. Me abrazó.


El sueño es como una mezcla de recuerdos de ese lugar y explicaciones de mi "tía". Ella me contó de lo que se trataba en su casa. Estaba llena de adornos y pinturas y recuerdo que el baño tenía madera pintada de blanco (el lugar lucía viejo) creo que me iba a bañar porque iba de visita y platicábamos mientras yo sacaba ropa de mi maleta. Había otra mujer adulta  en la casa pero no recuerdo más detalles sobre ella. 

- Es un taller para mujeres - Me dijo- Para que descubran la magia que existe en su interior y para que se descubran a ellas mismas y se amen. Llegan de todo el mundo, todas las edades...

Pregunté porqué el lugar tenía que estar tan escondido. (creo)

- Es por protección. Los hombres han sido educados para dejarse llevar violentamente. Y muchos se sienten amenazados al ver mujeres tomando el control de sí mismas. No todos.   De hecho hay unos pocos que nos acompañan con mucho respeto. Es sólo una terapia mija. Cada quién encuentra su camino a su ritmo. 

Pensé por un segundo qué hermoso era que mujeres de todos lados trataran de encontrarse a sí mismas y que triste que algo tan tierno fuera considerado amenaza.





Orgasmos.
Escuché en la oscuridad murmullos. En sus brazos los murmullos de placer me arrullaban. Él me decía cosas al oído y sentí que era parte de un pedacito de cielo y que invocábamos nuestra liberación espiritual corporalmente y de a poquito. Sus susurros eran como cantos. Era como si me dijera que me acompañaría con amor pero no guiaría mi camino. Podía ver sombras en la oscuridad y sentía que cada una de nosotras estaba en una especie de búsqueda a través de un paraíso personal. Después de unos segundos viendo colores con los ojos cerrados y sintiéndome protegida por su voz y por sus brazos* sonreí al darme cuenta el paso que daría inicio a mi búsqueda personal: orgasmos.












*que no quiero olvidar nunca, creo que por eso me decidí a escribir todo esto. 
** desperté conteeeeenta y relajaaaaaada jajaja.


1 comentario:

Angelica dijo...

Gracias. Ahora el amor por una propia es lo que debe importar. Qué idóneo para estas noches que no he conciliado el sueño con la esperanza de encontrar algo no perdido, en alguien perdido.