sábado, 17 de septiembre de 2011

Dreaming

Soñé una feria de ésas de pueblo, donde hay juegos mecánicos viejos y pequeños. Había puestos pero en general todo estaba oscuro. Me subí a un juego que me emocionaba mucho de niña, lo llamábamos la crema batida y eran como unas tacitas que daban vuelta en su eje y a la vez giraban cíclicamente y sin parar.

"¿Se supone que esto debe divertirme?" Me preguntaba a mí misma mientras daba las vueltas eternas que antes tanto me divertían y causaban adrenalina. Me hastiaba tanto pensando en cómo era posible que antes me revoloteara la mente y las entrañas. Al terminar me bajé a buscar un juego más divertido, menos viejo, menos pequeño... al final del sueño no lo pude encontrar, pero la búsqueda continuaba.

Después entré a un puesto de souvenirs, donde había todo tipo de serpientes sueltas, sin protección, sin jaula, con actitud amenazante. Le preguntaba al muchacho que trabajaba ahí que si no le daba miedo tener que lidiar con esos animales y que para qué los tenían. Me explicó que su trabajo era disecarlos y convertirlos en llaveros, cuando veía éstos eran una reproducción miniatura de los animales antes terroríficos, eran un objeto que podías tener cerca de tu cuerpo y manejarlo a tu antojo a riesgo de incluso ignorar su funcionalidad.

Tomaba los llaveros entre mis manos y me parecía impresionante que pudiera tener miedo de esas serpientes.

-¿Te ha mordido alguna? -Le preguntaba yo, curiosa.
- Sí, pero no ha pasado a mayores.
- ¿No te da horror hacer este trabajo? ¿Por qué no lo dejas?
- Sí me da, pero es que ya tengo una promesa para trabajar en una empresa de paquetería, me gusta mucho, es lo que siempre he querido hacer, pero estoy todavía yendo a capacitación. Lo que más me emociona es que podré enviar paquetes a todas las partes del mundo y recibirlos también, pero lo pronto tengo que soportar a las víboras para pagarme mis gastos.

Satisfecha, me retiraba de ahí pensando en lo agradable que era encontrar a un muchacho así. Unos pasos después me preguntaba por qué no me había regresado a pedirle su número de teléfono, pues se veía como alguien feliz, que luchaba por sus sueños y se parecía tanto a mí y a mis miedos.

Seguí buscando.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La diurna y la nocturna

Hay dos seres viviendo en mí constantemente, sea por mi naturaleza femenina tendiente a ello o por mi propio carácter. Me gusta denominar estas dos personalidades como la yo diurna y la yo nocturna. La primera es una persona enérgica, positiva, activa, con todo para dar. Es la puntual, la que llega sonriendo, la que quiere hablar con todo mundo y devorarse el mundo. Esta diurna nunca discute, siempre negocia, adora las experiencias nuevas y no hay nada que le guste más que los retos, mientras más difíciles, mejor.

La nocturna es un ser más reflexivo, más exigente, es la yo que no se conforma con nada; tiende al aislamiento y desea desesperadamente aspirar al conocimiento. Está cansada, frustrada, ensimismada y en ocasiones rompe en llanto.

Dependiendo la rutina puede aparecer más o menos cualquiera de las dos. Una anima a la otra, una exige a la otra a no rendirse, a no dejarse llevar en el instante, a no andar corriendo de un lado a otro guiada por la novedad, por la adrenalina. La nocturna se sabe sola y se refugia en los demás, a veces con abuso constante de atención, mientras la diurna cree que no necesita de nadie y sabe el poder de la independencia.

Casi siempre se logra el equilibrio, una se comunica con la otra, depende de las horas de sueño y el nivel de estrés. Ayer toqué fondo, me sentí incomprendida, parecía que nadie podía entender mis problemas existenciales y los imaginarios. Hoy despierto y no necesito más, recibo los premios o pruebas de mi trabajo, como bendiciones pedidas.

Actualmente me frustra no poder ser la maestra sabelotodo que con la mano en la cintura puede resolver las dudas más estúpidas de sus alumnos. No fui eso, ni lo he sido, quizá algún día lo seré, pero el día de hoy mi función fue otra.

Al finalizar la clase, una alumna, quien particularmente llamó mi atención desde un inicio por parecer la más retraída y desconfiada de mi personalidad, hoy se acercó sin más a mí para platicar conmigo. Estuvimos por media hora compartiendo muchas cosas y noté que ganésu confianza. Mejor premio no pude tener.

Después, con otro grupo, cuya teoría me tensaba y hasta asustaba no poder alcanzar un nivel para la clase, llegó a mí rogando que pusiera algo de consideración en la evaluación. Negociamos por largo tiempo hasta que pudimos llegar a un acuerdo. Su satisfacción me dejó mejor que al profesor exigente que no los deja respirar, por lo que la actitud del grupo a mi materia cambió totalmente al grado de que tienen muchas ganas de hacerlo todo bien.

Mejor premio no puedo tener. Mi diurna y nocturna están felices, en paz. Por lo pronto.

martes, 6 de septiembre de 2011

Im thinking of... the words to say

De esos escritos que si no haces no puedes dormir.

¿Cuándo fue la última vez que me dediqué a escribir a altas horas de la noche en un blog?

No lo recuerdo, pero sé que seguramente tendría que ver con mis tantas historias que he vivido a lo largo de estos años. Desde entonces he pasado una larga evolución, he llorado, me he decepcionado, he cambiado de trabajos, de amistades, de residencia, de parejas. Hemos compartido con textos y canciones esos sentimientos más profundos, que van desde nuestra esencia soñadora y poco realista hasta los amores imaginarios (o no tanto) que hemos pasado.

Varios niveles de relación he manifestado aquí, pero siempre ha sido UNA la que más me ha marcado, la que me dicen que me obsesiona porque nunca ha sido, la que es mi platónico o imposible, y sin embargo es la que sentimientos más profundos me ha causado.

En estos momentos me siento perdida, un poco, pero estoy feliz, soy feliz, después de ir y venir, sufrir y vivir lo que necesitaba, estoy en paz. Estoy donde siempre he querido estar. Evidentemente no soy la misma, no soy mejor ni peor, simplemente me he ajustado a las circunstancias.

Ahora busco de nuevo eso que me dicen es ya obsesión. No lo sé, quizá sí sea una fantasía, quizá no sea real, pero algo hay de hondo y arraigado en mí. He pasado estos días del gusto a la tristeza, del enojo a la locura, guardando la compostura como niña tonta. Mientras él, se preocupa por cosas que solas podrán resolverse.

Quizá nadie me enseñó a expresar mis sentimientos debidamente, lo cual no significa que no lo sienta.

Lo siento cada día.

La felicidad podría estar a un paso, o a unas cuantas palabras, pero siempre me quedo corta, queriendo brincar esa distancia.

Quizá por eso me siento a escribir aquí, por que no me atrevo a decir las ganas que tengo de estar contigo...

Just need to get closer...