martes, 9 de junio de 2009

Pollo blanco zacatecano

Odio que se borren las entradas cuando ya las tenía hechas!
Pues bueno ahí va de nuevo :(
Mi adolescencia discurrió a través de las escuelas públicas, cosa que ni me avergüenza ni mehace sentir menos, creo que gracias a eso pude tener una verdadera escuela de la vida, donde la realidad estuvo frente a mí todo el tiempo, donde ni burbuja ni mundo color de rosa y falso me fue dibujado.
La secundaria no sólo era pública, sino que estaba situada en la colonia con peor fama de la ciudad, Colonia Insurgentes alias "Las huertas" fue el recinto de educación que me enseñó que la vida es una, que las oportunidades pocas, pero siempre se puede salir adelante.
Aprendí muchas cosas, sí, pues debo REITERAR mi condición nerd, niña sentada hasta adelante, lentes, siempre una pluma en mano y las tareas hechas e impecables. Participaba en todos los concursos de la secundaria, y sólo no pude estar en la escolta debido a que para entonces mi desarrollo tardío mostraba una forma de espárrago, aunque unas piernas torneadas, lo cual no fue suficiente para el depravado profesor de educación física Mr. Moe (en verdad se parecía a Moe de los Simpson). Pero no importa, ahora todas las escoltadas son gordas. jeje.
Bueno esa era yo: flaca, con acné, lentes para ver, siempre atenta a clase. Un buen día deciden acomodarnos por número de lista, por lo que me vi rodeada de los 5 hombres más importantes de mi vida, a quienes en un principio me dedicaba a ignorar para poner atención en clase, pero que después empezaron a llamar mi atención en mis ratos de ocio, porque se comunicaban de una manera que yo no entendía.
Escuchaba "prestas", "sacas", "merezco", "quieres" y en verdad me desconcertaba eso, además de que se burlaban de que yo no entendía nada. Hasta un buen día.
Tuve unas cuantas clases y atenta escuchaba que "chile" "carne" "blanco" "leche" remitían a muchas más cosas que las que mi inocente y boba cabeza podía admitir: un nuevo mundo se abría ante mis ojos. Parecería que a partir de entonces mi vida daba un giro, pues era capaz de sostener hasta competencias con estos vulgares, quienes desde entonces me admitieron en su clan "como un hombremujer" (hasta que empezaron de enamorados ashh).
Al entrar a la prepa me sentía infalible con estos conocimientos, pero creo que me topé con una sorpresa cuando me di cuenta que estas habilidades poco me ayudarían a hacer amigas. Tuve que dejar por un tiempo esta dulce enseñanza, por lo que he dejado de practicarla ya desde hace mucho.
Añoro esas clases de albur, ojalá alguien pronto me pueda re-enseñar estos útiles métodos comunicativos ya que como lo dije, no hubo mejor escuela que la vida, ni mayores enseñanzas como las de los albures. La química, la física, las matemáticas, son ya algo olvidado, porque en fiestas reuniones, en el hogar y en la oficina... (no es vitacilina), estos trucos me ayudan a pasarmela genial, y no ser burla de los hombres. :D

2 comentarios:

Kuruni dijo...

La verdad a mi me pasó algo similar. Pero la persona más alburera del Universo (que he conocido pues) es una chava. Viví con ella como tres meses y ya nadie podía hablar conmigo sin que soltara una risita.

Karabá dijo...

JA JA JA es que es adaptarse o morir. En la secu es q yo no entendía bien todos los albures de los ñiños lelos, pero ya en la prepa, en un salón con mayoría de vatos, oh, cielos... jaja ya para la licenciatura llegué a alburear al fulano "más filoso"