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Kuruni (aka Yam) tiene razón. Yo como que tiré a loco al davidístico personaje que me informó de la existencia de otros 2 seres como yo... creí que sería difícil aceptar que no soy tan "única", pero ¡oh, sorpresa! el día que las conocí en una conversación messengeriana, a pesar de mis reticencias, encontré un nuevo mundito, paralelo a mi mundo imaginario, pero que no era ya imaginario sino tan real como estas 2 personas de sarcasmo y hueso, perdón, de carne y hueso. Me sentí de nuevo parte de algo, como si todas esas ganas de no tener que juntarme 10 minutos con un grupito, otros 10 con mi hermana y otros 10 vagando por las canchas del colegio durante la primaria (en la secundaria, me fui adaptando a Janet y a Azucena, con las cuales sigo teniendo una amistad incondicional, pero la distancia se interpuso en los recesos escolares y tuve que seguir vagando cada día), no hubieran sido en vano, y ahora sé que no lo fueron, pues con un ligero toque de llantoalegría, descubrí que estas hermanas-que-no-sabía-que-tenía sentían algo así en sus años más tiernos. Y hay tantas coincidencias "extrañas" que de repente sí me erizan la piel, pero ¡qué importa! lo bueno es que desde pequeña me quedé con la idea de que hay almas tan grandes, que cuando regresan a la vida aquí, requieren de más de un cuerpo físico... y pues esa creencia me va como anillo al dedo con estas mujeres.

Dentro de mi familia, también tengo mucho parecido en lo espiritual con una prima, y con Janet (que a fin de cuentas somos primas lejanas), pero es diferente. No quiere decir que las deje de querer, jamás, pero esto acá es una experiencia completamente distinta y fascinante. Gracias, por tu ocio analítico, Greñaldito...